MAZDA
HB
AZUL ARBORADA
1985
1.300
HATCHBACK
Lo que más llama la atención sobre el lanzamiento del Mazda 323 fue el fenómeno de la lista de espera. Era tal la demanda que, para obtener uno, los clientes estaban dispuestos a pagar el valor completo del vehículo por adelantado y esperar hasta dos meses o más para recibirlo. Esto era algo inédito en la industria nacional de aquella época. El precio del Mazda 323 en ese momento rondaba los 700.000 pesos colombianos, una cifra significativa para la época, pero el prestigio y la confiabilidad del automóvil japonés justificaban cada peso.
Con una estética conservadora pero moderna, y un alto nivel de equipamiento, el Mazda 323 ofrecía una experiencia de manejo y calidad que se destacaba. Su motor de 4 cilindros, 1.500 c.c. en la versión sedán y 1.300 c.c. en la versión hatchback, brindaba potencia suficiente para las necesidades de la mayoría de los colombianos, y su caja de cambios de 4 o 5 marchas hacía que la conducción fuera suave y eficiente, lo que reforzó la buena reputación del producto.
Hoy, más de cuatro décadas después de su lanzamiento, el Mazda 323 sigue siendo un vehículo atesorado por entusiastas y coleccionistas. Este automóvil se ha convertido en un símbolo de una era dorada en la industria automotriz colombiana. Los modelos bien conservados, especialmente la versión hatchback de 5 puertas, son buscados con fervor por quienes reviven los recuerdos de aquellos años o descubren por primera vez las maravillas de este vehículo.
Con el paso de los años, el Mazda 323 ha acumulado valor simbólico y nostalgia. No es raro encontrar versiones restauradas que, aunque superan los 30 años de antigüedad, mantienen un aspecto impecable y un rendimiento envidiable. El cuidado con el que los coleccionistas preservan estos autos demuestra el profundo cariño que han logrado despertar.
En 1986, Mazda introdujo una nueva estirpe del 323 con ligeras actualizaciones, y en 1990, la gama completa recibió un facelift que incrementó sus opciones de equipamiento, alineándolas con los estándares internacionales de la época. Estos cambios llegaron justo a tiempo para enfrentarse a dos de sus grandes rivales en Colombia: el Renault 9 y el Chevrolet Chevette, ambos competidores en la llamada «guerra de los sedanes» de los años 80. Esta competencia solo aumentó la demanda y consolidó al Mazda 323 como un referente del mercado.
El facelift de 1990, correspondiente a la quinta generación mundial del Mazda Familia, permitió que el 323 se mantuviera vigente y competitivo frente a sus rivales. Su línea evolucionó ligeramente, pero conservó ese equilibrio entre lo moderno y lo práctico, ganándose aún más seguidores.
El Mazda 323 no fue solo un automóvil. Representó una época de transición y modernización para Colombia, un país que empezaba a abrirse a la globalización y a las tendencias automotrices internacionales. La confiabilidad del motor japonés, su diseño accesible y su capacidad de adaptación a las necesidades locales lo convirtieron en un ícono.
El entusiasmo que este vehículo despertó en su lanzamiento sigue vivo hoy en día. Coleccionistas, mecánicos y amantes de los clásicos continúan rindiendo homenaje a un automóvil que, más allá de sus características técnicas, logró tocar el corazón de una generación. El Mazda 323 es mucho más que un sedán o un hatchback; es un pedazo de historia que sigue rodando por las carreteras y en la memoria de todos aquellos que alguna vez lo manejaron.
